sábado, 31 de octubre de 2009

EL VALOR DE UNA MISA

Hace muchos años, en la ciudad de Luxemburgo, un capitán de la guardia forestal se entretenía en una animada conversación con un carnicero cuando una señora ya mayor entró a la carnicería. Ella le explicó al carnicero que necesitaba un pedazo de carne, pero que no tenía el dinero para pagarlo. Mientras tanto, el capitán encontró la conversación entre los dos muy entretenida, "un pedazo de carne, pero cuánto me va a pagar por eso?" preguntó el carnicero.
La señora le respondió, "perdóneme, no tengo nada de dinero, pero iré a Misa por usted y rezaré por sus intenciones".
El carnicero y el capitán eran buenos hombres pero indiferentes a la religión y se empezaron a burlar de la respuesta de la mujer. "Está bien" dijo el carnicero, "entonces usted va a ir a Misa por mí, y cuando regrese le daré tanta carne como pese la Misa". La mujer se fue a Misa y regresó. Cuando el carnicero la vio viniendo cogió un pedazo de papel y anotó la frase "ella fue a Misa por ti", y lo puso en unos de los platos de la balanza, y en el otro plato colocó un pequeño hueso. Nada sucedió e inmediatamente cambió el hueso por un pedazo de carne.
El pedazo de papel pesó más. Los dos hombres comenzaron a avergonzarse de lo sucedido, pero continuaron. Colocaron un gran pedazo de carne en unos de los platos de la balanza, pero el papel siguió pesando más. Entrando en desesperación, el carnicero revisó la balanza, pero todo estaba en perfecto estado. "¿Qué es lo que quiere buena mujer, es necesario que le de una pierna entera de cerdo?", preguntó. Mientras hablaba, colocó una pierna entera de carne de cerdo en la balanza pero el papel seguía pesando más. Luego un pedazo más grande fue puesto en el plato, pero el papel siguió pesando más. Fue tal la impresión que se llevó el carnicero que se convirtió en ese mismo instante y le prometió a la mujer que todos los días le daría carne sin costo alguno. El capitán dejó la carnicería completamente transformado y se convirtió en un fiel asistente de Misas todos los días. Dos de sus hijos se convertirían más tarde en sacerdotes, uno de ellos jesuitas y el otro del Sagrado Corazón.
El capitán los educó de acuerdo a su propia experiencia de fe. Luego advirtió a sus dos hijos que "deberán celebrar Misa todos los días correctamente y que nunca deberán dejar el sacrificio de la Misa por algo personal".
El Padre Stanislao, quien fue el que me contó todos los hechos, acabó diciéndome:
"Yo soy el sacerdote del Sagrado Corazón, y el capitán era mi padre".

martes, 20 de octubre de 2009

¿PORQUE IR A PARACHO VIEJO?

Bueno pues el porque ir a paracho viejo tiene sus origenes desde hace mucho tiempo cuando nuestros antecesores parachenses deciden mudarse de lo que era el antiguo paracho que estaba cerca del lago de chapala, a lo que hoy conocemos como paracho viejo, ahi estuvieron acentados un tiempo y en ese entonces fue cuando unos franciscanos llegaron a ofrecerles unas imagenes de santos para su pueblo y los parachenses de ese entonces decidieron escoger la imagen del santo entierro porque es una imagen muy bien hecha y con extremidades moviles. Esta se puede colocar ya sea en la cruz o en su urna, despues de esto hubo un tiempo de sequia en paracho viejo y los encargados del pueblo hablaron con los jefes de las comunidades como aranza, cheranastico, nurio, etc, para que estas les cedieran un poco de su territorio para mudarse mas cerca de donde hubiera un poco mas de agua que en donde se encontraban en ese momento, al acceder los pueblos los antiguos parachenses se mudaron a lo que es el actual paracho llavando consigo la venerada imagen del SANTO ENTIERRO cargada en los hombros de aquellos hombres y mujeres.
Y despues de esto el PADRE IGNACIO SILVA hace aproximadamente 29 años decidio hacer una peregrinacion a paracho viejo para recordar la travecia de nuestros antecesores y venerar a nuestro SANTO ENTIERRO DE PARACHO QUE TANTO NOS HA AYUDADO.
y asi año con año hasta hoy dia asistimos a dicha peregrinacion la tercera semana de octubre.